Camino Inglés. Etapa 2

Etapa 2. Sábado 13 de julio. Fene - Puentedeume, 11,05 Km

A partir de Fene superaremos los montes, de escasa altitud, 180 metros, que separan las rías de Ferrol y de Ares, para finalizar la jornada en la histórica villa de Pontedeume.

Ruta Wikiloc y perfil:



La ruta de Wikiloc marca 11,05 km. y el desnivel es de 264 m.

Itinerario:

Nos incorporamos al camino dese nuestro hospedaje a la altura de la calle Alcalde Gerardo Díaz, muy cerca de la casa do Concello. Al cabo de 900 metros, después de superar el lugar de Chamoso, pasamos junto a un lavadero cubierto y seguimos en ascenso por pista de asfalto; 200 metros más adelante tomaremos a la derecha un camino de tierra, pedregoso y en subida; tras 500 metros de ascenso llegamos a un carril auxiliar de la autopista AP-9, y seguimos a la derecha en paralelo a ésta.




Cruzamos por debajo de la autopista, tras pasar bajo el viaducto debemos seguir la misma pista ancha por la que veníamos, que gira a la izquierda, sigue después a la derecha junto a un prado y continúa en paralelo –si bien a cota inferior– a la carretera N-651. Poco después cruzamos una carreterita local y, siempre en ascenso, tomamos un camino de tierra por el que llegamos al cabo de 300 metros a las primeras naves del polígono industrial Vilar do Colo, aquí hacemos parada para desayunar pues hay una gasolinera un restaurante y un gran supermercado de Gadis

A partir de aquí, el trazado oficial ha sido modificado respecto al de hace unos años: al llegar a la rotonda giramos a la izquierda, para superar otra rotonda, pasamos bajo la N-651 y ascendemos acto seguido por una escalera a la derecha. Avanzamos con cuidado durante 150 metros por el arcén de la carretera, doblamos por un callejón a la izquierda y seguimos en paralelo por detrás de las casas; al cabo de 450 metros volvemos a la carretera, en el lugar de O Pereiro.

Seguimos durante 150 metros a la izquierda por el arcén de la carretera (avenida de Laraxe), que cruzamos mediante un paso de peatones. Al cabo de 300 metros tomamos a la derecha un camino de tierra (Camiño da Ínsua), que comienza en fuerte bajada; continuamos por éste hasta desembocar en una carretera local, que pasa bajo un viaducto de la autopista; al cabo de 400 metros llegamos a una bifurcación con un cartel informativo, donde deberemos escoger entre el camino oficial o un camino complementario (que supone un rodeo de 1,4 km adicionales). El camino oficial sigue a la derecha por la misma pista asfaltada (Camiño da Veiga), y al cabo de 1 km llegamos al cruce con la carretera N-651.

Se cruza la N-651 en todas las guias se dice que es muy peligroso, con tres carriles y en bajada, pero no es para tanto, hay suficiente visibilidad para cruzar. Tras una breve subida tomamos el Camiño das Cádivas, desde el cual hay una buena vista sobre la ría de Ares o de Pontedeume, que nos deja en las primeras casas de Cabanas; cruzamos la carretera AC-141 y seguimos en fuerte bajada por el Camiño Tras da Vila hacia el centro de la localidad, pertenece al término de Cabanas la popular playa de la Magdalena, que queda a unos cientos de metros, frente a la ría y que por la tarde vendremos a disfrutarla.





Una vez en el casco urbano sólo resta seguir las flechas y azulejos que nos conducen, bien por las aceras de la carretera (aquí denominada Avenida del Arenal, con numerosos comercios) o en paralelo a ésta, hasta una rotonda desde la cual cruzaremos el largo puente de piedra sobre el río Eume, que comunica Cabanas con la villa de Pontedeume. Nos alojamos en el Hotel Albatros, muy bien.







Después del paseo de la etapa de hoy, hemos aprovechado para hacer turismo, hoy es sábado de Feria. El casco antiguo de Pontedeume está repleto de huellas del pasado. La marca imborrable de la familia Andrade y el esfuerzo del Arzobispo de Santiago, Bartolomé Rajoy y Losada, entre otros, han dejado en la Villa una serie de monumentos y espacios de obligada visita.




Puentedeume es una Bonita villa de origen medieval a la que se accede por un largo puente de 15 arcos sobre el río Eume, que da nombre a la localidad. La construcción de cantería original (s. XIV), hoy desaparecida, contaba con dos torres y un hospital de peregrinos sobre sus más de… ¡70 arcos! El actual fue construido en el s. XIX.

Entre sus monumentos destacan el torreón de los Andrade (s. XIV) (linaje de la nobleza gallega que destacó en la Edad Media), la iglesia de Santiago y la plaza Real con la torre del Reloj (s. XVII).

La Plaza del Conde, en un principio propiedad del Conde de Andrade, pasó en fecha indeterminada a ser propiedad de la Villa, viéndose notablemente ampliada en 1936 con la desaparición del pazo. En su centro se construyó en 1671 la fuente o Pilón, abastecida con el agua de los manantiales de la falda del monte Breamo. El actual Pilón fue realizado en 1788 por el maestro de cantería Andrés de Monteagudo. Entre 1951 y 1960 se realiza en ella la plaza del Mercado.
La Muralla de la Villa. La muralla, con 9 torres y 5 puertas (Puente, Salga, Porto, Postigo y Carnicería), se extendía por la ribera del mar, bordeaba el pazo, iba por las actuales calles de Picho y Tafona, y bajaba junto al convento de San Agustín, incluyendo la fuente dentro del recinto amurallado. Bordeando el atrio de la iglesia de Santiago, junto a lo que fue la puerta del Postigo, realizada en 1619, se conserva la base de la antigua muralla.

El Concello y Calle Real. Desde 1371 hasta la instauración de los concellos constitucionales, los Andrade mediatizaron el gobierno de la Villa con sede en el concello (casa consistorial).
De la intervención en ella de Fernando Ruiz de Castro (1506-1575), deja constancia el escudo que fue picado en 1820 y posteriormente restituido. Sufrió el incendio de 1607 y fue reedificado en 1609.
Durante la alcaldía de don Celestino Sardiña volvió a ser reedificada, manteniéndose en la fachada la misma configuración y las piedras reutilizables.
Se encuentra situada en la primitiva plaza del Rollo, después plaza Real, presente desde la fundación de la Villa en 1270 y ampliada en 1617.
Actualmente es una de las zonas de más fama de Pontedeume de cara al ocio, debido en parte al gran número de terrazas que se despliegan en la plaza y a los puestos de comerciantes del Feirón que se colocan por las calles todos los sábados.


Iglesia Parroquial de Santiago. La capilla mayor con la sacristía vieja fue mandada construir por don Fernando de Andrade en el primer tercio del siglo XVI. Cubierta con bóveda estrellada, en ella, junto al Santiago sedente de granito policromado de finales del siglo XIV, destaca el retablo renacentista, realizado en 1530 y ampliado y dorado en 1564 por los inmediatos descendientes de don Fernando. Sus pinturas sobre tabla del ciclo de la pasión poseen una indudable unidad estilística, más próximas al Gótico flamenco que al Renacimiento. El resto de la iglesia es obra patrocinada por el arzobispo de Santiago Bartolomé Rajoy y Losada, realizada, según traza de Manuel de los Mártires, entre 1756 y 1763. La fachada con sus torres, obra destacada del barroco gallego, fue contratada por Alberto Ricoy.




La Iglesia de las Virtudes. Llamada también de Nuestra Señora del Soto, fue mandada construir por Nuno Freire de Andrade en 1378.

De la primitiva construcción sólo se conserva un sillar con el escudo de los Andrade y el tímpano de la puerta con la imagen de la Virgen. Su aspecto actual responde a la reedificación costeada entre 1672 y 1680 por el indiano Andrés Copeiro. La espadaña es de 1817 y la media naranja y cimborrio fueron reedificadas en 1858 por el arquitecto Faustino Domínguez. De su mobiliario, destaca el retablo mayor, barroco, de columnas salomónicas y relicarios, realizado a finales del siglo XVII, posiblemente, por Alonso González; y pintado con posterioridad a 1718. Su aspecto actual responde a la reedificación costeada entre 1672 y 1680 por el indiano Andrés Copeiro. La espadaña es de 1817 y la media naranja y cimborrio fueron reedificadas en 1858 por el arquitecto Faustino Domínguez. De su mobiliario, destaca el retablo mayor, barroco, de columnas salomónicas y relicarios, realizado a finales del siglo XVII, posiblemente, por Alonso González; y pintado con posterioridad a 1718.

El Pazo del Arzobispo Rajoy. Fue mandado construir en la segunda mitad del siglo XVIII por el arzobispo eumés Bartolomé Rajoy y Losada (1690-1772), en lo que fue la casa de su padre, el boticario Nicolás Rajoy. En la fachada conviven elementos típicos de la escuela compostelana con otros nuevos, más clasicistas, de influencia francesa. Se compone de un bajo con soportales de gruesos pilares cajeados, dos pisos con balcones, recorridos por pilastras de orden gigante y un remate en peineta que contiene el escudo del Arzobispo. Limita al norte con la Plaza del Pan, antiguo espacio destinado al alfolí (desde 1713) y luego a plaza del Pan (1840); derribada en 1940 para ser convertida en público. Fue remodelada en 1984 por el artista José Días Fuentes, quien esculpió la mujer en bronce que moldea pan.
 
El Convento de San Agustín. Fundado extramuros a la Villa por don Fernando de Andrade, en 1538, con el nombre de Sta. María de la Gracia, se cerró en 1835 a raíz de las leyes de desamortización. De la época de la fundación se conserva un ala del claustro renacentista, mientras que la hoy fachada principal es barroca, de la segunda mitad del siglo XVIII. Entre 1842 y 1848 funciona como cuartel y escuela. En 1848 es subastado y pasa a manos privadas, hasta que en la década de los ochenta del siglo XX es adquirido por la Villa, siendo convertida en Casa de la Cultura. La iglesia, que no fue subastada, se demuele en 1867 para abrir la Avenida de Rajoy, mientras que la huerta fue adquirida en 1864 al particular que la había comprado, pasando a llamarse Alameda de Rajoy.


La Cátedra de Latinidad. El edificio destinado hoy a Biblioteca Municipal fue casa del regidor Beltrán de Anido, que dona, en 1580, en su testamento, para Cátedra de Latinidad; condición que se mantiene hasta 1851. Según reza en los dinteles de la puerta, fue reconstruida en 1621, tras sufrir el incendio de 1607, ampliada en 1707 y nuevamente reedificada en 1822.

Unos monjes agustinos venidos desde Italia en el siglo XV introdujeron aquí la receta de la costrada, una empanada contundente formada por varias capas, cada una con su propio relleno: cocochas de bacalao, setas, carne adobada, pulpo, vieiras, zamburiñas, langostinos, pimientos, cebolla, jamón o incluso rodaballo. Un plato que, a juzgar por sus ingredientes, no resulta ligero ni tampoco barato.

Comemos en la Cervecería Alameda. Bien.




Por la tarde vamos a la playa de la Magdalena está situada sobre el dique que canaliza la desembocadura del río Eume. Tiene 1.100 metros de largo y una anchura media de 50 m. Arena blanca y aguas tranquilas. Tiene a su lado un extenso y frondoso pinar.







Cenamos en Chiringuito Los Pinares, bien, pero la expectativa era mayor dadas las reseñas y publicidad del mismo, la frase que dice “la categoría de chiringuito alcanza otro nivel” es algo exagerada. Muchos de los productos de la carta no estaban disponibles, parece que los clientes del mediodía habían acabado con las existencias…..

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