Moncayo

Viaje al Moncayo del 20 al 24 de mayo de 2021

Quién no ha oído hablar del Moncayo, el techo del Sistema Ibérico. Montaña de aires, nieves y leyendas. Un paraje natural de fantasía para hacer senderismo. Rodeado por pequeños pueblos misteriosos, hasta malditos. De la esplendorosa Tarazona. Pintorescas cuevas. Castillos que en la Edad Media fueron fruto de contienda entre los reinos de España.
Dice la leyenda que el gigante Hércules, harto ya de los robos del gigante Caco, inició una lucha colosal que sacudía la tierra como si de un terremoto se tratase. Hércules ganó tras aplastar a Caco con una inmensa piedra. Esa piedra es el Moncayo. Nada más y nada menos que 2314 metros de mole que atesora una diversidad de ecosistemas, desde zonas muy secas a exuberantes hayedos y pinares, que albergan una nutrida fauna como jabalíes, corzos, zorros o águilas reales.
Los cambios en la vegetación relacionados con la altura son extremadamente bruscos, sobre todo entre los 800 y 1.000 metros, donde llegan a confluir especies de la Europa mediterránea y boreal. También es interesante diferenciar las vertientes del Moncayo: la norte, más fría, húmeda y con una vegetación más densa que la sur. Hacia Soria se deja caer mucho más abruptamente y parece, en el horizonte, una gran montaña aislada dominando el territorio que se conoce como tierrágreda y se rodea de paisajes cerealistas. De ahí el dicho soriano: “Moncayo ladrón, manas en Castilla y riegas en Aragón”.
El Parque Natural del Moncayo está situado íntegramente en Aragón pero lindando con Castilla y León.

Jueves 20 de Mayo 2021
Salimos de Roda de Berà hasta San Martín de la Virgen del Moncayo, tenemos 331 Km, nos alojamos en el apartahotel La Corrala.
San Martín se sitúa a las faldas del Moncayo, a una altitud de 813 msnm y al oeste de la provincia de Zaragoza, y se encuentra a 11 km de Tarazona y 93 km de Zaragoza, y los municipios limítrofes son Tarazona y Lituénigo. Parte de su término municipal está ocupado por el Parque natural del Moncayo. 286 habitantes.

Viernes 21 de Mayo 2021
El Parque Natural del Moncayo se extiende a lo largo de 11.000 hectáreas. Existen tres Centros de Interpretación que facilitan información acerca de la fauna y la flora que nos podemos encontrar en nuestra ascensión al techo de la cordillera. El más turístico se ubica en Agramonte, en la cara norte y a mitad de camino entre Tarazona y Ágreda. En la vertiente este tenemos a disposición el Centro de Visitantes de Añón de Moncayo. Al sur y ya en otra comarca (Aranda), más despoblada y menos turística, se ha habilitado un Centro de Visitantes en la población de Calcena.
A lo largo del parque hay multitud de senderos señalizados que como norma general son asequibles fuera de la temporada invernal y en condiciones climatológicas benignas.
Desde San Martin de la Virgen de Moncayo tenemos 16 Km hasta el santuario de la Virgen de Moncayo, unos 30 m, dejamos el coche en el aparcamiento de la Haya Seca.
No se sabe la fecha fija en que fue construido; indudablemente debió ser a raíz de la aparición de la Imagen de la Virgen de Nuestra Señora del Moncayo. El documento más antiguo se remonta a mediados del siglo XIII y a esta época pertenece también la actual escultura de la Virgen. El documento de referencia es una donación del Obispo y Cabildo de Tarazona a favor del Abad y Convento de Veruela, en que se habla de la iglesia y casa de Ntra. Señora de la Peña Negra, con obligación de tener un monje que diga cada día misa y el oficio divino por sus almas (de los donantes) y por las de sus antecesores consta de un pergamino con tres sellos de cera, año 1260.
Hacemos la subida al Moncayo, desde el Santuario de la Virgen de Moncayo
La ruta más popular parte desde el Santuario de la Virgen del Moncayo, situado a mitad de monte a 1620 metros de altitud y al que se puede acceder por la carretera del Centro de Visitantes de Agramonte. Tras aparcar el coche en las proximidades emprendemos un itinerario de casi 10 kms que nos encamina por bosque de pino al Circo Glaciar de San Miguel, surgido fruto del proceso de erosión por la nieve acumulada durante la última glaciación, desde donde podremos contemplar toda la cara norte de la montaña.
Por desgracia quedan lejos aquellos tiempos en los que el Moncayo hacía gala del sentido de su propio nombre (“monte cano”). Las nieves perpetuas desaparecieron, pero nosotros aun tendremos la oportunidad de ver una pequeña muestra. Nos dirigimos hacia el pequeño Cerro de San Juan ya sin la compañía de la arboleda de la media montaña por un terreno agreste, pero con sensacionales vistas del valle del Ebro. Tras superar el paso de La Escupidera, muy peligroso en invierno por la acumulación de hielo, llegaremos a nuestra meta en el mismísimo cielo.
La ruta se inicia en el Santuario de la Virgen del Moncayo. La ruta no presenta ninguna dificultad a parte de superar el desnivel y algún tramo con piedras sueltas que puede resultar molesto.
Primer tramo: Aparcamiento del Santuario - Base de la Hoya de San Miguel.
Desde el aparcamiento hay que caminar unos 700 metros aproximadamente por una pista en buen estado hasta llegar al Santuario de la Virgen del Moncayo (1621 m). Es recomendable no detenerse y dejar la visita al santuario para la vuelta. Pasado el santuario, a unos 50 metros, sale un camino hacia la derecha que es donde comienza la verdadera ruta hacia la cima del Moncayo.
El primer tramo es una subida constante, sin ninguna dificultad, que transcurre por un denso pinar con algunos claros permiten entrever las vistas tan espectaculares que disfrutaremos un poco más arriba. Es pura tranquilidad y solo se oye el canto de los pájaros. Una vez terminado el pinar se llega a la base de la Hoya de San Miguel (1833 m).
Segundo tramo: Hoya de San Miguel - Collado de las Piedras.
Después de descansar del primer tramo de subida en la Hoya de San Miguel disfrutando de los caprichos de la naturaleza, empezamos el segundo tramo de la ascensión hasta el Collado de las Piedras. Desde la Hoya de San Miguel, sale un camino a la izquierda de 1,5 km y 400 metros de desnivel que atraviesa el Circo de San Gaudioso y deja a la derecha la Hoya de San Miguel. Es el tramo más duro, con mayor pendiente y mucha roca en el camino. Metro a metro, por una estrecha senda en forma de zig zag y con buitres leonados sobrevolando nuestras cabezas, se va ganando altura hasta llegar al Collado de la Piedras, donde, girando a la derecha, hay que enlazar con el cordal para completar el kilómetro que nos separa de la cima del Moncayo.
Tercer tramo: Cordal hasta la cima del Moncayo
Después del esfuerzo del segundo tramo, el más duro de la ruta, el tercero por el cordal hasta llegar a la cima del Moncayo resulta muy agradable, siempre que el viento lo permita porque hay que ver como soplaba el cierzo, había ratos que parecía que se nos quería llevar. Primero hay que pasar por el Cerro de San Juan (2280 m) para después de un ligero descenso, hasta los 2250 metros, empezar la subida definitiva hasta alcanzar los 2314 metros del Moncayo.
Descenderemos por la vertiente contraria, hasta el punto de origen, donde hemos dejado el coche.














Seguir la ruta de wikiloc:
La caminata tiene un fuerte pendiente, 850 metros de desnivel en escasos 4,5 Km.
Al bajar comemos en el restaurante del Santuario, Correcto
Continuamos hasta el Monasterio de Viruela, 26,2 Km.
Monasterio de Veruela, la belleza de la sencillez
Una vez saboreadas las mieles del triunfo coronando el Moncayo, no conviene olvidar los tesoros que esconden las comarcas limítrofes. Iniciamos nuestra ruta por la zona zaragozana, de sur a norte, por el primer monasterio cisterciense de Aragón (siglo XII). Situado en las cercanías de Vera de Moncayo, unos de sus huéspedes más ilustres del monasterio de Veruela fueron los hermanos Bécquer. Gustavo Adolfo padecía una enfermedad pulmonar y le aconsejaron el aire puro del Moncayo para aliviarla. Y mientras, componía sus Cartas desde la Celda. “En nombre de los poetas y de los artistas, en nombre de los que enseñan y los que estudian, se prohíbe a la civilización que toque a uno solo de estos ladrillos con sus mano demoledora y prosaica”.
Sorprende una muralla de un kilómetro dejando dentro del recinto todo lo que necesitaban los monjes: el agua, el molino y el huerto. La visita del monasterio transcurre por diferentes estancias, y va desde el claustro (s. XIV) hasta la iglesia abacial (s. XII-XIII), pasando por diferentes salas y dependencias, tales como la sala capitular, abacial, de los monjes, el refectorio, la cocina, la cilla, el lavabo o la despensa. Todo funcional, sencillo, para alcanzar la paz interior. También podemos rendir visita al Museo del Vino de la Denominación de Origen Campo Borja.
La parte barroca del Monasterio de Veruela se convertirá en breve en un Parador Nacional de Turismo.
Hacemos una vista guiada, totalmente recomendable.








Desde aquí vamos a Trasmoz, el pueblo maldito, escasos 5 Km.
Trasmoz es el único pueblo de España excomulgado y declarado maldito por la iglesia católica. Fue allá en el siglo XIII cuando el monasterio de Veruela, que manejaba los designios católicos en la zona con mano de hierro, puso en la lista negra a esta villa por no acatar sus órdenes, bajo el pretexto de protagonizar aquelarres, ritos paganos y estar infestada de brujas.
En pleno siglo XXI, la excomunión sigue vigente. Dicen que por las noches vaga el alma de la Tía Casca, una mujer que echaba mal de ojo a todo lo que se le pusiera por delante hasta que los vecinos cortaron por lo sano y la despeñaron por un barranco. En lo alto de la colina divisamos el castillo de Trasmoz, cuya Torre del Homenaje es visitable y que fue comprado por el inventor de la fregona, Manuel Jalón.


Sábado 22 de Mayo 2021
Desde San Martin de la Virgen de Moncayo tenemos 10, Km hasta Tarazona
Desde aquí cogemos el autobús hasta Tudela, para volver andando por la Vïa Verde del Tarazonica es una ruta de 22 km, que unen Tarazona y Tudela, el Moncayo y el Ebro, por este antiguo camino de ferrocarril, inaugurado en 1885 y operativo hasta 1972. En el camino hacia Navarra se dejan atrás huertas, frutales, densas arboledas, fantásticas vistas del valle y de la vega del río Queiles, un pueblo fantasma, edificios ferroviarios antiguos… Y, naturalmente, las vistas del Moncayo, siempre presente.
Dejamos el coche al lado de la estación, donde acaba la vía verde.
El autobús nos deja muy cerca del comienzo de la Vía verde:
El Camino Natural Vía Verde del Tarazonica se inicia al sur de Navarra en la monumental ciudad de Tudela y discurre a lo largo de 22 kilómetros por un paraje de formas suaves y amables, hasta la localidad de Tarazona (Aragón), el punto final del recorrido.
Fue en 1885 cuando comenzó a funcionar este modesto ferrocarril de vía estrecha. Su lentitud le hizo ganarse el apodo del "Escachamatas". En 1953 se ensancharon los raíles para mejorar su servicio, pero tras unos años de decadencia, la línea cerró definitivamente en 1972.
El recorrido, que no entraña ninguna dificultad, está perfectamente acondicionado y señalizado para peatones y ciclistas. A lo largo del recorrido disfrutamos de un paisaje de suave pendiente dominado por las tierras del río Queiles, las vegas dedicadas a cultivos de regadío y el somontano del Moncayo.
TRAMOS:
Tudela - Murchante (Km. 0 - km. 6,1)
La ruta se inicia en la estación de ferrocarril de Tudela. Poco antes de abandonar la capital de la Ribera, se encuentrá una plaza donde se exhibe una espectacular locomotora de vapor. Ya desde ese primer tramo del camino entrará en contacto con un paisaje lleno de huertas que dominan el valle del Queiles y del río Ebro.
En el kilómetro 3,3 aparece un camino rural que fue el sendero que siguió el Tarazonica. En este lugar se localiza una pequeña zona de descanso y un curioso monumento, el "Escachamatas", realizado con materiales ferroviarios. Después de atravesar la nueva pasarela sobre la carretera de Ablitas, la Vía Verde cruza las aguas del Canal de Lodosa. Al otro lado del canal, se abre una recta que mira al majestuoso Moncayo y que, tras pasar por debajo de la autopista, nos lleva a la estación de Murchante, lugar ideal para tomar un respiro.









Murchante - Cascante (Km. 6,1 - km. 10)
A la altura del kilómetro 7, el camino pasa por las ruinas del poblado de Urzante. Poco después, a partir del kilómetro 8, comienza un ascenso que nos llevá hasta Cascante, antigua villa romana presidida por la ermita de la Virgen del Romero, en cuya estación existe un área de descanso.

Cascante - Tulebras (Km. 10 - km. 12,10)
La Vía Verde continúa hacia Tulebras. Durante este corto trayecto, los almendros y los huertos nos acompañas hasta el monasterio de Tulebras (S. XIII-XIV), el primer cenobio cisterciense femenino de España. Hay un área recreativa a orillas del río Queiles.










Tulebras - Novallas - Malón (Km. 12,10 - km. 15)
En este tramo el paisaje adquiere un poco más de relieve. El sendero llega hasta un punto desde donde se divisa el caserío de Malón y finaliza en el antiguo castillo, atalaya sobre la vega del Queiles ya en tierras aragonesas. En Malón se conservan dos estaciones, una de vía estrecha y otra de vía ancha; en esta última vive todavía una familia que guarda viejos instrumentos relacionados con el ferrocarril.


Malón - Vierlas - Tarazona (Km. 15 - km. 22)
La ruta sigue por parajes más escarpados. Poco antes del kilómetro 16 tenemos una arboleda con un área de descanso. La última etapa del camino discurre por un paisaje de frutales, hasta alcanzar Tarazona, ciudad de rico patrimonio artístico.



Tenemos la ruta en wikiloc:

Hemos comido en el mesón Asador Queiles, perfecto.






Al terminar la comida vista turística por la ciudad.
Tarazona: catedral y judería en un pueblo medieval infravalorado. Tarazona es de esos pueblos fantásticos que pasan desapercibidos por las guías de viajes. Su casco histórico, declarado Conjunto Histórico Artístico en el año 1965, posee numerosos enclaves en los que se respira arte e historia, con ejemplos de arte mudéjar y un conjunto de edificios renacentistas entre los de mayor nivel de Aragón. Tras casi 30 años de restauración, la catedral de Santa María de la Huerta luce espectacular como en la Edad Media, cuando se fue construyendo a partir del siglo XII aunando diferentes estilos.
La capital del río Queiles desprende historia por cada callejuela, pero el éxtasis llega con la Judería. Su presencia en la ciudad se remonta a época visigoda e, incluso, al Bajo Imperio Romano, consolidándose bajo dominio musulmán. No podemos sino perdernos por cada estrecho callejón e ir descubriendo las plazas y pequeñas iglesias que la prueban, hasta desembocar en las casas colgadas que tanto nos recuerdan a Cuenca. Fueron construidas en el siglo XV aprovechando el pasillo de la antigua muralla defensiva.
La original fachada renacentista del Ayuntamiento y sus figuras mitológicas, la iglesia de Santa Magdalena con su torre mudéjar que es la referencia visual de la localidad y la curiosa Plaza de Toros Vieja, de planta octogonal y que está conformada por 32 viviendas -sí, viviendas-, son otras paradas obligatorias.
Tenéis la ruta en wikiloc:
La ciudad posee un notable conjunto de edificios de gran riqueza histórica, cultural y artística. El casco histórico de Tarazona fue declarado conjunto histórico artístico en 1965.
Desde el restaurante iniciamos el paseo dirigiéndonos a la Plaza de España, donde veremos la hermosa portada del ayuntamiento. En la cual también está la estatua al famoso Cipotegato. Se trata de una bonita manifestación cultural que me gustaría disfrutar en otra visita. Desde aquí nos vamos a adentrar en el Barrio Judio entre callejuelas muy estrechas. El paseo tiene marcados los puntos más importantes con paneles informativos.
Subimos por la calle de la Judería, pasamos por una zona curiosa de casas Colgantes.
Desde ahí seguimos subiendo un poco hasta encontrarnos con el Palacio Episcopal, que hoy en día está en restauración y no se puede disfrutar de él. Junto al Palacio se encuentra la Iglesia de Santa María de la Magdalena.
Seguimos subiendo por la calle de San Atilano, donde veremos su iglesia. Pasamos por la Plaza del Puerto y un poco más arriba nos encontramos con la Iglesia de San Miguel.
Nos desviamos a la derecha hacia la Plaza de la Laguna, donde se encuentra parte de la muralla que rodeaba la ciudad, es una bonita zona.
Bajamos unas escaleras y nos encontramos con el Convento de la Concepción. Un poco más abajo, nos sorprende un bonito mirador, desde el que podemos ver toda la ciudad de Tarazona.
Seguimos bajando por la calle San Niñer hasta encontrarnos en el cruce del Palacio Episcopal y la Iglesia de Santa María Magdalena. Ahora vamos a ir zigzagueando y bajando escaleras hasta llegar al río Queiles, el que cruzaremos por un puente.
Al otro lado nos espera, la Ermita de la Virgen del Río y junto a ella la antigua Plaza de Toros. Podemos pasar a su interior, hoy en día esta reconvertida en viviendas, pero es curioso observarla.
Salimos de ella y por la calle de los Laureles nos dirigimos hacia la Catedral de Santa María de la Huerta, un precioso edificio en el que podemos apreciar su estilo Mudéjar.
Tomamos la calle de las Iglesias para llegar a la Iglesia de San Francisco. Bajando las escaleras a la derecha tenemos la oficina de información y turismo y de aquí al coche.



























Regresamos al hotel, nos mereceremos descansar.

Domingo 23 de Mayo 2021

Desde San Martin de la Virgen de Moncayo tenemos 8,5 Km hasta el Vozmediano.
Vozmediano:
Contemplaremos a la salida del pueblo y en lo alto de una roca el castillo de Vozmediano, una fortaleza del siglo XV en no buen estado de conservación pero desde el cual las vistas son majestuosas, y que en la actualidad alberga el cementerio municipal. Es de libre acceso, pero tendrás que pedir las llaves en la casa de al lado.
Ruta del Hayedo del Moncayo
Esta ruta se puede hacer desde dos puntos, desde la vertiente soriana por el pueblo de Aldehuela de Ágreda, y desde Vozmediano, desde donde iremos a Aldehuela de Agreda, Hayedo del Moncayo y desde aquí regresamos a Vozmediano, son 14 Km, 5 horas escasas.
Nosotros hacemos esta ruta.
Desde la plaza central del Vozmediano, cogemos la calle caldereros y nos dirigimos al Nacedero del río Queiles, manantial mágico. Desde Vozmediano, a unos 800 m y en paralelo al río Queiles llegamos al segundo manantial más caudaloso de Europa. El río mana en una cavidad situada a 1.000 metros de altitud sobre la falda septentrional del Moncayo. Lo que convierte en especial a este nacimiento es el sentido ascendente y la fuerza con la que el agua sale disparada hacia el exterior. Los más de 1.500 litros que brotan por segundo son todo un espectáculo visual y acústico.






Por un camino muy agradable y bien acondicionado salimos del término de Vozmediano, tras una fuerte subida entramos el Aldehula de Agreda y vamos hasta su iglesia.












Salimos de Aldehuela y nos dirigimos hacia el hayedo de Peñarrajada pasando por una zona de acebos. Las vistas del Castillo de Vozmediano son preciosas.
El Hayedo a pesar de no ser otoño esta precioso y verde, se respira la humedad, el camino con musgo estaba encantador. Una vez alcanzado el punto más alto se desciende con el ruido del arroyo y que es poco visible si no se abandona el camino.
La bajada a Vozmediano es, en algunos lugares muy pronunciada, pero no es complicada.



















Ruta efectuada:

Vozmediano – Los Fayos – Grisel – El Buste – Borja – Vera de Moncayo – San Martin de la Virgen del Moncayo, son 83 Km.
Los Fayos: el pueblo de las cuevas
A sólo 7 kms de Tarazona encontramos posiblemente el lugar más pintoresco de la comarca. El pueblo de Los Fayos está situado al abrigo de una elevada pared rocosa en la margen izquierda del río Queiles, creando una estampa preciosa en los atardeceres cuando los últimos rayos de sol se reflejan sobre los uniformes tejados de las casas y en la mole pedregosa que tienen a sus espaldas. El recién inaugurado Centro de Visitantes puede servirnos de punto partida para conocer este precioso entorno.
La gran pared está horadada en sus conglomerados de areniscas por diversas cuevas a las que podemos acceder por pasarelas o escaleras y contemplar el pueblo a vista de pájaro. La cueva del Caco es la más grande de todas ellas y albergó en su interior un castillo medieval del que aún quedan algunos restos, que fue empleado para vigilar a los enemigos en un enclave fronterizo entre antiguos reinos. Si cupo un castillo, por supuesto que también lo hizo una ermita. La ermita de San Benito se excavó en la roca de forma que sólo la fachada es visible desde el exterior.

















Desde aquí a Grisel, 10 km.
Grisel es un pequeño pueblo a 5 kms de Tarazona que gira en torno al castillo gótico (siglos XIV y XV), uno de los mejor conservados de esta época y que conserva todos los detalles medievales. Situado en el centro del pueblo al lado de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y de la plaza mayor, hay uno de las principales castillos que se jalonaban entre los poderosos reinos de Castilla y Aragón. Después de más de 20 años de trabajos de restauración abrió sus puertas como alojamiento rural.
A 1 km del núcleo urbano de Grisel y en medio de un campo de olivos encontramos un cráter en toda regla. El Pozo de los Aines es una gran sima de 30 metros de profundidad ocasionada por la circulación subterránea del agua, repleta de vegetación y con un microclima en torno a los 10 grados. Dice la leyenda que este gran agujero se creó cuando un morisco rico salió a trabajar en día santo y Dios, enfadado por el desafío, le hizo desaparecer bajo tierra junto a su familia y posesiones. Un dios francamente rencoroso.







Desde aquí al Buste 17,5 Km, el balcón de El Buste es de los mejores miradores de la comarca de Tarazona.
El Buste es una diminuta aldea al este de Tarazona muy apreciada por aficionados a la escalada y el parapente, que siguió en pie gracias a un milagro. Corría el año 1972 cuando dos aviones del ejército estadounidense se estamparon contra la cresta del puntal de San Roque que guarece al pueblo, ocasionando una lluvia de restos en llamas que prendieron varias de las viviendas. Sólo la pericia de sus habitantes evitó una tragedia mayor.
Esta historia permanece impregnada en las esencias de un pueblo rodeado de paisajes espectaculares que posee los mejores miradores de la comarca. El Balcón de El Buste y la ermita de San Roque, situados a las afueras, nos regalan unas vistas privilegiadas de todo el valle del Queiles, desde Tarazona hasta Tudela, la sierra del Moncayo y la ribera del Ebro. Puntos únicos desde los cuales pueden verse cuatro comunidades: Castilla y León, Aragón, La Rioja y Navarra.


Desde aquí a Borja, 12,6 Km
Pasamos por el Santuario de Misericordia, 5 km antes de llegar a Borja. Situado a 5 km. del centro de Borja, es el lugar donde se encuentra el famoso y controvertido Ecce Homo. El lugar, idílico, se desarrolló debido a la fama de las aguas de sus fuentes y zonas de pinares que hacen muy agradable la estancia.
Su ubicación en el monte de La Muela Alta (a 672 m. sobre el nivel del mar), en las faldas de la Sierra del Moncayo, ofrece a los visitantes y turistas la posibilidad de disfrutar de un precioso paisaje panorámico, siendo un verdadero balcón con vistas a los campos de Borja y su comarca.
Una restauración (o repinte) sobre la imagen del Ecce Homo que se encuentra en el interior de la iglesia del Santuario de Misericordia ha desencadenado el conocimiento por parte de todo el mundo de la existencia del propio santuario y de Borja, situando la localidad en el mapa turístico de una manera tan intensa como casual. La pintura originaria, un Ecce Homo realizado por el pintor Elías García, pasaba inadvertido para casi todos dentro de la iglesia del santuario.
Debido al mal estado de conservación que presentaba la pintura, muy deteriorada, una parroquiana y devota de la Virgen de la Misericordia comenzó en 2.012 un proceso de restauración que dio lugar a este fenómeno mediático a nivel mundial. Casi de forma inmediata, el resultado de esta fallida o inacabada intervención se convirtió una de las imágenes más difundidas por todos los medios de comunicación en estos últimos años, dando la vuelta al mundo y atribuyendo a Borja y a ‘su’ Ecce Homo una fama y una popularidad impensable.
El cambio sufrido (no buscado) por el santuario es innegable: hubo un antes y un después del repinte del Ecce Homo. A partir de entonces, es constante el tráfico de visitantes, turistas y curiosos que acuden al Santuario de Misericordia para ver en persona y fotografiar tan singular versión. Sin duda, se trata de una visita que siempre arranca una sonrisa.
El casco urbano de Borja es muestra de un pasado esplendoroso. Siempre bajo la vigilia de los restos de su castillo musulmán de Borja, entre sus calles hay numerosos tesoros patrimoniales. Estos dan forma a uno de los conjuntos más atractivos de la provincia de Zaragoza.
La Colegiata de Santa María es uno de sus mayores reclamos que ver en Borja. De fundación románica, su aspecto actual es resultado de seculares remodelaciones. Por dentro destacan el retablo mayor, barroco, y su claustro gótico mudéjar. En el exterior sobresalen sus dos esbeltas torres, una de las cuales todavía conserva las cicatrices de un cañonazo de 1706. El edificio alberga además el Museo de la Colegiata. Se trata de una casa solariega aragonesa con obras de arte provenientes, en su mayoría, del mismo templo.
Otro lugar sacro que ver en Borja es la Iglesia de San Miguel. De apariencia gótico mudéjar, alberga en su interior el Museo Arqueológico. La colección del mismo contiene elementos que van del Paleolítico a la Edad Media. Sin embargo, la mejor muestra de arquitectura barroca local se halla en el Convento de la Concepción (siglo XVII). Cabe resaltar de él su iglesia, el retablo mayor y el claustro, declarados Bien de Interés Cultural.
Saltando al terreno civil brilla la Casa Aguilar (siglo XVI). Dicha casa solariega responde a los mejores cánones del renacimiento aragonés. De esta forma, luce una fachada compartimentada en tres alturas mediante un gran portón de entrada, un balcón y una galería de arcos. Un bello alero de madera remata el conjunto. Asimismo, es la actual sede del Centro de Estudios Borjanos.
El Palacio de Vera, o “Casa de las Conchas” es un edificio declarado Bien de Interés Cultural. Sirvió en el pasado como Hospital de Peregrinos. Más adelante se erige el Palacio de Lázaro, del siglo XVI aunque rematado con elementos del XIX. Mesrece la pena detenerse en el portón principal y el patio interior.


Antes de regresar al alojamiento vamos al parque eólico de Grisel o mirador del Diezma, la vista más completa del norte del Moncayo. En la carretera CV610, después de dejar el desvío a la izquierda de Trasmoz, hay un desvío a la derecha que nos indica Diezma.
Mirador de la Diezma. Este observatorio se encuentra ubicado en el monte de la Diezma, y su cima alcanza los 799 metros sobre el nivel del mar. Es por ello que las vistas de la comarca de Tarazona y el Moncayo que se alcanzan desde él son espectaculares. Se trata de un mirador natural formado por dos pequeños balcones de piedra que permiten disfrutar de distintos entornos. A un lado, se puede contemplar toda la sierra del Moncayo y los pueblos del somontano del Moncayo y distintos municipios como Alcalá de Moncayo, Añón, Trasmoz, San Martín del Moncayo y Litúenigo. Igualmente, puede verse parte del Huecha, Peñas Herrera, Collado de la Estaca (1.458 m), Morana, Morrón (1.730 m), Muela de Horcajuelo (1.706 m), Barranco de Valdemanzano, Collado de Bellido (1.807 m), Cabezo de la Mata (1.437 m), Lobera (2.226 m), Circo de Morca, Collado de Morca (2.139 m), Circo de San Gaudioso, Circo de San Miguel, Pico Moncayo o San Miguel (2.314 m), Collado de Castilla (1.947 m), Peña Negrilla (2.118 m).. Desde el otro, Cameros, Montes de Cierzo, el río Queiles, Pirineo navarro y Pirineo aragonés, Sierra de Guara y Lanzas Agudas. También podemos ver los numerosos pueblos desperdigados entre huertas, viñedos, olivares y campos cerealistas desde Santa Cruz del Moncayo, Torrellas, Tarazona, el propio Grisel, Malón, Vierlas, Cunchillos, El Buste, Cascante y hasta Tudela, ya en la vecina comunidad de Navarra.
Este monte, conocido antiguamente como la Ciesma, por pertenecer al Cabildo de la Catedral de Tarazona, fue de explotación agrícola y ganadera y fuente de recursos de la localidad de Grisel. Uno de los elementos que llaman la atención en la zona son las 'casillas de pico', que fueron cabañas de labradores y pastores caracterizadas por su forma circular, hechas de piedra y rematadas con una falsa cúpula. El parque eólico instalado en el Alto certifica la fuerte presencia del cierzo en esta zona moncaína.




Lunes 24 de Mayo 2021

Desde San Martin de la Virgen de Moncayo hasta Agreda tenemos 21 Km.
Ágreda, la Villa de las Tres Culturas.
Situada en el extremo derecho de la provincia de Soria pero lindando con las comunidades autónomas de Aragón y La Rioja, Ágreda es conocida como la Villa de las Tres Culturas. Tras la Reconquista y hasta que los Reyes Católicos decretaron la expulsión de los judíos en 1492, convivieron las culturas árabe, judía y cristiana, dejando testimonios artísticos y arquitectónicos con recintos amurallados bien diferenciados a lo largo de la urbanización histórica en las laderas del río Queiles.
Las calles salpicadas de templos y conventos del XVII, torreones medievales, construcciones populares y casas solariegas, convierten a Ágreda en el pueblo más monumental de la zona. Podemos destacar la románica Iglesia de Nuestra Señora de la Peña (1193), uno de los escasos ejemplos de templo románico con doble nave, y la gótica iglesia de San Miguel (s.XVI), donde brilla una joya del estilo plateresco como el retablo de San Miguel Arcángel. Sin olvidarnos del jardín renacentista del Palacio de los Castejones (siglo XVI).
No conviene perderse el parque de La Dehesa, un emplazamiento verde que presenta la mayor alineación de castaños de indias de Europa y una pradera salpicada de lagunas conocidas como los ojillos, que no son otra cosa que apariciones y desapariciones del río Val. La habilitación de merenderos y columpios otorgan un carácter muy familiar a un paraje perfecto para pasar una mañana soleada.
















































Ruta wikiloc:

Unos 7 Km.

Desde Agreda, podemos acercarnos a Cueva de Agreda.
Desde Ágreda, pero esta vez hacia el sur, a 20 km, alcanzamos el pequeño pueblo de Cueva de Ágreda. El nombre viene dado por la caverna repleta de estalactitas y estalagmitas a la que se llega por las empinadas callejuelas de la localidad, y en cuyo interior habita una colonia de murciélagos. La cueva no es visitable, precisamente para salvaguardar a este animal protegido.
La proximidad al Moncayo y su ubicación en el Valle del Araviana, donde se encuentra un complejo kárstico lleno de cuevas y dolinas, multiplican las posibilidades para hacer rutas de senderismo desde Cueva de Ágreda.
Situado a 1.300 metros de altura, está rodeado de un paisaje idílico, ya que este lado del Moncayo parece mucho más húmedo y verde. Debemos ver su iglesia románica (del siglo XII) emplazada sobre un castro prerromano y dedicada a Santa María de la Cueva.
Después de Cueva de Agreda, vemos que la carretera continua y hemos decidido continuar por la misma, Cueva de Agreda nos ha sorprendido pues está muy cerca de la cumbre del Moncayo, y las vistas de la provincia de Soria son muy bonitas.
Desde Cueva del Agreda continuamos hasta Trasobares y luego hasta Tierga y después Borja. La carretera es una continua curva tras otra, sobre todo hasta Tierga, pero el paisaje es precioso los pueblos que pasamos están en lugares muy escarpados y merece mucho la pena hacer esta ruta. Después la carretera mejora por los campos de Borja, donde podemos apreciar las preciosas viñas.














Continuamos hasta Lituénigo.
La “Ruta de los oficios” de Lituénigo es una preciosa experiencia de viaje al pasado y de puesta en valor de las tradiciones y el trabajo de nuestros abuelos, bisabuelos y tatarabuelos. Una agradable caminata de no más de 3 kilómetros, de fácil acceso,
El recorrido por los antiguos oficios nos llevará a visitar los corrales del pueblo, para sentirnos ganaderos; a los huertos, donde se sigue cultivando de forma tradicional el cardo, base de exquisitos platos regionales; a los típicos muros, que se realizaban antaño para ganar superficie de cultivo y nivelar los suelos; a las acequias, que distribuían el agua para alcanzar la mayor superficie posible de regadío; a los colmenares, donde las abejas proveían de miel; y a los bosques y encinares para alcanzar las zonas dedicadas a leñadores y pastores.
Podemos acceder al mirador de la Encina Centenaria, que nos muestra una de las mejores vistas del Moncayo que su somontano obsequia a todo aquél que se acerque a visitarlo
Esta espectacular encina con más de 14 m de diámetro de copa y 3 m de diámetro de tronco se ha convertido en todo un símbolo para el pueblo de Lituénigo.













Ruta Wikiloc:
https://es.wikiloc.com/rutas-a-pie/lituenigo-73969331

Al terminar la ruta que de Lituenigo, nos hemos dirigido en coche a los embalses del Moncayo. Hay varias rutas para ir en coche, carretera de tierra, hay que ir con cuidado.
La ruta se puede hacer a pie, sin problemas.





Desde aquí regresamos a Roda tenemos 333 Km.

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