Etapa 0. Porto

Camino Portugués de la Costa. Etapa 0. Porto.

La tarde del jueves hemos volado de Barcelona a Porto.


El viernes 20 de junio de 2025, lo hemos dedicado a hacer turismo en Porto, evidentemente faltan cosas que se han de ver en esta magnifica ciudad, pero teniendo en cuenta que no era la primera vista hemos optado por dejar algunas cosas que ya conocíamos o incluso que se han popularizado tanto que no queríamos hacer colas. Desde el hotel nos hemos dirigido a la estación de San Bento, una de las visitas imprescindibles de la ciudad y hemos pensado que a primera hora no estaría demasiado abarrotada.

Desde el momento en que se traspasa la entrada eres consciente de estar en uno de los lugares más genuinos de Portugal: sus paredes cubiertas de azulejos repasan la historia del país y nos recuerdan que estamos en una de las estaciones de tren más hermosas de Europa.

La Estación de Sao Bento fue inaugurada oficialmente en 1916, aunque llevaba funcionando como tal desde finales del XIX.

Su ubicación no es casual, pues fue construida sobre las ruinas del antiguo Convento de São Bento del Ave María, que daría nombre a la posterior estación y que había sido destruido en un incendio. La arquitectura del complejo, que recuerda a las estaciones francesas de la primera mitad del XX, corrió a cargo de José Porto, Marques da Silva.

Junto con la Capilla de las Almas de Oporto, la Estación de Sao Bento es otro ejemplo de lo mejor del azulejo portugués.

El vestíbulo, contienen más de 20.000 azulejos portugueses pintados por el artista Jorge Colaço. Una obra impresionante que representa, en ese blanco y azul tan portugués, diferentes episodios de la historia de la ciudad y de Portugal: escenas campestres, batallas épicas, desembarcos y coronaciones.

En la parte superior de los murales, más azulejos, esta vez en color y de tamaño más reducido. Por último, coronando el conjunto desde el techo, una cubierta blanca con relieves donde destacan los nombres de los dos ríos más importantes de la zona: el Douro (Duero) y el Minho (Miño).









Continuamos hacia el Mercado de Bolhao, de 1914, es uno de los lugares más famosos de Oporto. El origen del Mercado do Bolhão nos traslada hasta comienzos del siglo XIX, cuando en el lugar donde hoy se ubica fue construida, por orden del gobierno municipal de Oporto, una plaza. En ese espacio se pensó en hacer, poco después, un mercado que abasteciera de alimentos a una ciudad en pleno proceso de expansión.

Finalmente, tras varias idas y venidas en 1914 comenzó la construcción del edificio tal como hoy lo vemos (aunque con algunas modificaciones posteriores), obra del arquitecto Correia da Silva, que siguiendo los preceptos del neoclásico realizó el diseño del mercado; un proyecto vanguardista para la época, que por primera vez utilizaba en un mismo espacio hormigón armado, metal, madera y granito.

Aun hoy, su estructura metálica conserva esa monumentalidad que lo convierte en uno de los espacios más característicos de Oporto, y que contrasta fuertemente con la decadencia de algunos de sus rincones.

En general, en este mercado podemos encontrar todo tipo de puestos, la mayoría de frutas y verduras y algunos de carne, embutidos y pescado.

También hay unos cuantos, de flores y plantas, que ponen el punto elegante a este viejo mercado.

Interesante dar una vuelta entre los tenderetes de la planta baja y la primera planta para viajar en el tiempo e imaginar cómo sería hace unas décadas el día a día de este mercado donde aún se conservan algunos puestos por los que parece no haber pasado el tiempo. Cada vez mas abundan los puestos para turistas, fruta envasada, comida preparada y artículos de regalo relacionado con la gastronomía.

El Mercado do Bolhão condensa ese aire de belleza decadente tan propio de Oporto; esa alma moderna y a la vez tradicional intrínseca a Portugal.


Hemos parado a desayunar en la Confiteria del Bolhão, un lugar típico con excelentes pasteles.

Continuamos ruta hasta La Catedral de Oporto (Sé de Oporto), en uno de los cruces obtenemos una preciosa vista de la Iglesia y Torre dos Clérigos, que visitaremos por la tarde. 



La Sé de Oporto es el punto de partida del Camino, o mejor dicho del laberinto de rutas que han señalizado desde su atrio, hemos recogido la credencial, la Sé debería de ser el primer espacio al que presta atención un peregrino. Como la mayoría de las portuguesas, responde al concepto de iglesia-fortaleza, y su estructura es del s. XII, con modificaciones de los s. XVII y XVIII. Accedemos al claustro (s. XIV).

La Catedral de Oporto (Sé de Oporto) es el edificio religioso más importante de esta ciudad. Situada en el barrio de Batalha, en la parte más elevada de la ciudad, la Catedral de Oporto goza de unas vistas espectaculares de la Ribeira de Oporto y está declarada Monumento Nacional.

El origen de la Catedral de Oporto se remonta al siglo XII, cuando comenzó a construirse según el estilo románico que imperaba en Europa por aquel entonces. Su aspecto exterior sobrio, que se parece más a una construcción defensiva que a un templo religioso, y el rosetón de la fachada son buenas muestras de ello.

El interior, austero y poco decorado, también nos recuerda por su sencillez que esta catedral nació románica.

Pero las obras de la catedral se prolongaron hasta el siglo XIII, por lo que se incorporaron algunos elementos góticos al conjunto: el claustro o la Capilla de San Juan Evangelista son de estilo gótico.

Esta mezcla de corrientes estéticas no termina ahí: la Catedral de Oporto está considerada, de hecho, barroca, pues gracias a las sucesivas reconstrucciones a las que fue sometida, se añadieron muchos elementos propios del Barroco. La portada, las cúpulas, el Altar Mayor o el pórtico decorado con azulejos son claramente de estilo barroco.

El interior de la Catedral de Oporto contiene algunos elementos interesantes en los que merece la pena fijarse:

El Altar Mayor, decorado con murales de Nicolau Nasoni, uno de los arquitectos más importantes de Oporto, cuya impronta también puede apreciarse en la Torre de los Clérigos. Contiene tres órganos y la imagen de la patrona de Oporto, la Virgen de Nuestra Señora de Vandoma.

El altar de plata de la Capilla del Santo Sacramento, considerado una obra maestra de la platería portuguesa.

La capilla funeraria de João Gordo, caballero de la Orden de los Hospitalarios de Malta y uno de los hombres del rey Dionisio I.

Lo mejor de la Catedral de Oporto se esconde al acceder al claustro gótico decorado con azulejos blancos y azules que representan escenas de las Metamorfosis de Ovidio.

El acceso al piso superior se hace a través de una escalera diseñada también por Nasoni, y alrededor del patio podemos acceder a distintas estancias: entre ellas destaca la Casa do Cabildo, en la que se expone el Tesoro de la catedral, una buena muestra de escultura, orfebrería, libros y otros objetos litúrgicos.




















La plaza donde se asienta la catedral es uno de los mejores miradores de Oporto por su situación y altitud: a un lado podemos observar el Duero, Vila Nova de Gaia y su ribera cuajada de bodegas. Al otro, el casco antiguo de Oporto con sus viejos edificios y fachadas de colores.

En el centro de la plaza hay una columna (pelourinho) como las que se utilizaban antiguamente para colgar a los ajusticiados. En realidad, esta columna nunca fue utilizada para castigar a nadie, pues se instaló a mediados del siglo XX únicamente con el objetivo de «decorar» esta plaza. Curioso.




Descendemos por hasta el pie del puente de Luis I, y antes de cruzarlo paseamos por a Ribeira de Oporto. Sin duda el espacio urbano más reconocible de Porto, antiguo barrio de marineros y comercial, con sus coloristas edificios instalados sobre una línea de soportales. Repleta de cafés y restaurantes con sus terrazas orientadas al Douro, puente de Dom Luís y Vila Nova de Gaia. Imprescindible para el paseo, pero es el corazón del turisteo.

La Ribeira de Oporto es la imagen más fotografiada de la ciudad. Este paseo tan pintoresco como turístico se extiende desde el Puente de Arrábida hasta el Puente Don Luis I y es uno de las zonas predilectas de quienes visitan la ciudad y quieren conocer la cara más famosa de Oporto. Además de innumerables restaurantes y bares donde comer, repartidos entre las terrazas que sobresalen de las viejas fachadas, en la Ribeira hay puestos de venta ambulante de souvenirs y recuerdos típicos portugueses: manteles, paños, toallas, delantales.

Mañana saldremos de Oporto por esta misma calle.










Cruzamos el puente Don Luis I, por la parte baja donde cruzan los coches, al llegar al otro lado, subimos las empinadas calles para acceder al mirador situado junto a la entrada del Teleférico de Gaia para disfrutar de una panorámica espectacular de la Ribeira y luego tomamos el Teleférico que nos dejará en el Vila Nova de Gaia, donde disfrutamos de unas excelentes vistas de la ciudad y del rio Duero.











Comemos en Rabelos, donde tenemos reserva, excepcional y con una vista desde la terraza del segundo piso excepcional, pero antes como íbamos bien de tiempo hemos disfrutado de unos buñuelos de bacalao con queso Serra da Estrela, música de órgano y una copa de vino verde en la Casa Portuguesa do pastel de Bacalhau.





Al terminar hemos regresado con el Teleférico y hemos cruzado de nuevo el puente Don Luis I, esta vez por la parte alta por donde pasa el metro, es inevitable ir parando cada pocos metros para hacer unas fotos y deleitarse con las vistas.

Continuamos la ruta intensa del día hasta el Palacio de la Bolsa de Oporto sede de la Cámara de Comercio e Industria y de estilo neoclásico.

La construcción del Palacio de la Bolsa de Oporto comenzó a mediados del siglo XIX sobre las ruinas del antiguo convento franciscano anexo a la Iglesia de San Francisco, y se extendió durante casi cincuenta años. Viendo el resultado, no es de extrañar que la construcción de este edificio se prolongase tantos años, pues su interior está decorado suntuosamente por famosos escultores y artistas.

Finalmente, tras medio siglo de obras, el Palacio de la Bolsa fue inaugurado en 1891 por los reyes portugueses.

Al atravesar la entrada al Palacio de la Bolsa de Oporto, lo primero que encontraremos será el impresionante Patio de las Naciones (Pátio das Nações), un patio acristalado donde se exhiben los escudos de todos los países que han mantenido algún tipo de vínculo comercial con Portugal. El escudo de España se encuentra justo frente al portugués. Este patio es la antigua sede de la Bolsa de Oporto, de ahí el nombre del edificio. La vista solo se puede hacer guiada, y el patio no se podía visitar, solo ver desde los ventanales, pues había una cena por la noche y se estaba acondicinando.

El recorrido por este hermoso edificio llegamos, a través de una elegante escalera, hasta la primera planta, donde pasaremos por una serie de estancias significativas:

La Sala Arábe (Salão Árabe), cuya decoración está inspirada en la Alhambra granadina. Tiene 315 metros cuadrados y está destinada a las recepciones oficiales y otro tipo de actos de carácter privado.

La Sala Presidencial (Galeria dos Antigos Presidentes), donde se pueden ver los retratos de todos los presidentes de la institución desde su origen.

La Sala de las Asambleas Generales (Sala das Assembleias Gerais), decorada en madera. Es el lugar donde se reúnen todos los miembros de la cámara dos veces al año.

La Sala Dorada (Sala Dourada), decorada -como su propio nombre indica- con yeso cubierto de pan de oro.

La Sala del Tribunal, diseñada por el arquitecto portugués Marques da Silva y de estilo renacentista francés.

La Sala de los Retratos (Sala dos Retratos), que alberga los retratos de los últimos reyes portugueses.

El gabinete de Gustave Eiffel, utilizado por el famoso arquitecto francés durante su estancia en la ciudad.
 





Desde aquí nos dirigimos a Iglesia dos Clérigos. Monumento emblemático de la ciudad, diseñado por el arquitecto italiano Nicolau Nassoni (s. XVIII), por su esbelta y delicada torre barroca. Ascendemos a ella, pese a los 225 peldaños, por las vistas que se obtienen sobre la ciudad. En la tercera planta, encontraréis un carrillón compuesto por 49 campanas cuyo sonido metálico se expande por toda la ciudad cada cierto tiempo.

La Torre de los Clérigos de Oporto es el símbolo de la ciudad; visible desde prácticamente cualquier punto de la ciudad y enclavada en pleno casco histórico, desde lo más alto de su torre podemos contemplar una panorámica impresionante de la ciudad del Duero.

La Torre de los Clérigos está considerada la construcción religiosa más alta de Portugal. Su arquitectura tiene cierto mérito, pues levantar una torre de casi 80 metros de altura a mediados del siglo XVIII no era tarea fácil. Para sustentarla, sus muros se construyeron con más de dos metros de grosor.

Fue el arquitecto Nicolau Nasoni, de origen italiano y uno de los máximos representantes del Barroco portugués, quien se encargó de su diseño de reminiscencias barrocas, como dictaban las corrientes estéticas de la época.

Hecha en mármol y granito, la torre forma parte de la Iglesia de los Clérigos y fue financiada con los fondos de la Hermandad de los Clérigos Pobres, que hicieron de la iglesia adyacente su residencia.

La Torre de los Clérigos ejerce como campanario de la iglesia del mismo nombre, también construida por Nasoni. Aunque sin duda la mayor atracción turística del conjunto es la torre.

Esta iglesia fue erigida sobre uno de los puntos más altos de Oporto, el conocido antiguamente como Cerro de los Aforcados (Cerro de los Ahorcados), pues era el lugar donde se llevaban a cabo las ejecuciones de los condenados a muerte.

Precisamente por su situación elevada, la Torre de los Clérigos ejerció durante años como referencia para las embarcaciones que surcaban el Duero.

De estilo algo sobrio para los estándares del momento en que se construyó, la iglesia contiene algunos elementos importantes. Empezando por el exterior, destacan la escalera de entrada y la fachada rococó adornada con conchas. Una vez dentro, seguro que os llaman la atención el retablo de mármol policromado y la gran bóveda central.

Después de un ligero descanso salimos a cenar, vamos a A Tasquinha, correcto. Mañana, empezaremos el “sacrificado” camino Portugués de la Costa.


Ver todas las etapas del Camino Portugués de la Costa:

No hay comentarios:

Publicar un comentario