Camino Portugués de la Costa. Etapa 9. Oia a Baiona, 21,6 km.
Etapa realizada el domingo 29 de junio de 2025, efectuada de forma consecutiva con la etapa 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7 y 8.
Tramos de costa salvaje, un recorrido muy bonito por monte y parajes de costa rocosa, expuesta al viento y a las olas del Atlántico.
Durante la ruta se pasa cerca de varios petroglifos, misteriosas inscripciones sobre roca realizadas por los pobladores de la Edad del Bronce hacia el 2500 a.C., la misma época de las pirámides de Egipto o del monumento megalítico de Stonehenge.
En el tramo por el monte sobre el faro Silleiro, vemos caballos salvajes; son de una raza autóctona y se utilizan en la famosa fiesta de los Curros o Rapa das Bestas que se celebra en varias localidades entre mayo y julio, donde una multitud acorrala a los equinos para meterlos en el curro –recinto cerrado–, raparles la crin y marcarlos.
Ruta Wikiloc y perfil:
Itinerario:
Salimos de nuestro alojamiento, cruzamos la PO-552 y por el camino do Seixo enlazamos con el camino por una pista de tierra que discurre entre muretes de piedra seca; disfrutaremos de un tramo de paisaje muy entretenido, con vistas de los prados y campos de cultivo que se extienden hasta el borde del océano, de cuyo viento salitroso se protegen con barreras de juncos. A la altura de Punta Orelluda volvemos a la carretera y a su carril bici. Al cabo de 700 metros pasamos ante el hotel Glasgow.
Después del hotel Glasgowy tras superar una gasolinera, debemos cruzar la carretera por un paso de peatones y tomaremos una calle asfaltada en subida; ahora el camino va a una cota más alta, con buenas vistas, por una zona con casitas y huertos.
Seguimos las indicaciones de las flechas, a lo largo de una ruta que, está pensada para evitarnos un tramo de la peligrosa PO-552.
Bajamos de nuevo a la carretera, que atravesamos con cuidado por el paso de peatones; la seguimos apenas unos metros por el carril bici y torcemos a la izquierda por una pista de tierra. Pronto llegamos ante una playa de cantos rodados y la desembocadura del río Mougás, que cruzaremos gracias a un puentecillo metálico de color azul. Tras superarlo giramos a la izquierda y entramos en el pequeño núcleo de Porto Mougás, con casas en primera línea de la costa.
Se sigue en paralelo a la costa. Enlazamos con la carretera PO-552 y su carril ciclo/peatonal, y en la siguiente curva tomamos una pista de tierra a la izquierda, que seguiremos hasta el camping O Muíño en el lugar de Pedra Rubia.
Aquí volvemos al carril de bicis y peatones que va en paralelo a la carretera pasamos ante el hotel-restaurante O Peñasco, edificio con pintoresco remate almenado, y al cabo de 150 metros un mojón nos indica bajar hacia la costa para seguir un camino herboso, si bien en breve recula y vuelve a ascender a la carretera, en uno de esos casos en que sólo el paisaje justifica el minirrodeo. De nuevo por el carril ciclo/peatonal superamos la Punta Centinela, maltratada por la presencia de una enorme cetárea con aspecto de búnker, mientras aparecen en la distancia el cabo Silleiro y su faro. Entramos en el lugar de A Ermida, apenas cuatro casas, antesala de As Mariñas.
Pasamos ante el hotel Soremma y al cabo de unos metros bajamos a la izquierda por el Camiño da Barxa, que retrocede hasta una casa blanca de aspecto lanzaroteño. En este punto vuelve a seguir el litoral hacia el norte, pasando junto al camping Mougás donde hemos parado a tomar un refresco y la granja marina Insuíña, a la vista de los bajos rocosos en los que se crían el percebe.
El nuevo rodeo concluye en la PO-552, siendo aconsejable retroceder unos metros hasta el paso de cebra desde el que comenzaremos el ascenso al monte al lado de un par de casas. La rampa de hormigón inicial se convierte en camino de tierra, hierba y piedras, el Camiño da Portela. Cruzamos una cancela y nos enfrentamos a un trecho con pendiente del 20%, durillo si bien no excesivamente largo; así vamos ganando altura, hasta superar la cota del faro, que vemos a lo lejos, a nuestra izquierda y con el océano al fondo. Estamos sin duda en uno de los tramos más bellos, mágicos y solitarios de este camino.
Seguimos una calzada antiquísima –tal vez sea romana– con losas de piedra, utilizada durante siglos tanto para el pastoreo del ganado como por mercaderes en carros (pues vemos algunas hendiduras en las piedras para guiar el paso de las ruedas). Desembocamos en una llanura con afloramientos graníticos tras la cual, siempre de frente, comienza la bajada por bosque. Llegamos a una carreterilla asfaltada y la seguimos hasta las primeras casas del barrio de Cabreiro, en la parroquia de Baredo.
Ahora toca seguir con atención las flechas por las calles, entre los cierres de casas y chalés con sus jardines y huertas.
Saldremos por el Camiño do Río Pequeno, una subida por asfalto, al final de la cual giramos bruscamente a la izquierda para seguir la carretera de Baredo (EP-2203) durante 700 metros, entre pinos y con buenas vistas sobre las islas Cíes, tenemos el mirador de Monte Alto.
Giraremos a la izquierda, pasando un viaducto sobre la gran brecha excavada de la autovía AG-57. Acto seguido torcemos a la derecha, bordeando un parquecillo con una cruz y juegos infantiles, al que sigue un mirador con mesas de piedra y una pérgola, perfecto para disfrutar de la panorámica sobre Baiona y la entrada a la ría de Vigo. Abandonamos la ruta oficial y giramos a la izquierda por el barrio de San Antón, y descendemos por sus calles hacia el casco urbano para dirigirnos a comer en el Restaurante Mendoza, excelente,
Continuamos por el centro, vemos la Iglesia de Santa María de Baiona, de aquí a nuestro alojamiento Hotel Bahía Bayona.
Han sido 9 días de un camino magnifico, impresionante la zona portuguesa, con un clima agradable y con nulo desnivel. Acometeremos el resto de etapas probablemente el año que viene.
Mañana Bus hasta Vigo la parada está enfrente del Hotel y desde allí tomamos el tren a Madrid Chamartín, cercanías hasta Madrid Atocha y AVE hasta Barcelona Sants y cercanías hasta Barcelona Fabra i Puig.
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