Etapa 6: Vallbone de les Monges – Juneda

Cami de Sant Jaume: Etapa 6: Vallbona de les Monges – Juneda, 25,5 Km

Etapa realizada el 13 de febrero de 2022

Dejaremos el coche en Juneda 91 Km y de aquí nos desplazamos a Vallbona de les Monges con el otro coche. 28 Km.

Perfil de la Etapa:


Recorrido:
km 0: Vallbona de les Monges
Desde la plaza del Monestir dejamos el Ayuntamiento a mano derecha y cruzamos el torrente de Maldanell por el puente de Vallbona. Pasado el puente, giramos a mano derecha y en el cruce del camino de la Creu tomamos la pista asfaltada de la izquierda que asciende por la cresta, proporcionando las primeras vistas panorámicas de Vallbona y su monasterio. A 1 km de la salida de Vallbona nos encontramos con una encrucijada múltiple. Tomamos el primer camino que nos queda a mano derecha, siempre con vistas a Vallbona. Entramos a Llorenç de Rocafort dejando a mano izquierda unas instalaciones ganaderas.





km 2,2 · Llorenç de Rocafort
Cruzamos el pueblo y salimos a la carretera LP-2335. Seguimos el asfalto a mano izquierda. El camino transcurre en paralelo a esta carretera hasta Maldà.


km 5,7 Maldà
Seguimos la carretera en dirección a Arbeca, dejando el castillo del barón de Maldà a mano izquierda. Al llegar a una rotonda, seguimos recto por una pista que pasa cerca de varias edificaciones. Finalmente, seguiremos el camino del Molinet, construcción que hallaremos de camino a Belianes.


km 8 Belianes
Atravesamos la población por la calle de Reus, cruzamos la carretera L-201 y tomamos el camino de Costa Segarra. Seguimos recto y encontramos una explotación de áridos a mano derecha. Tras haber andado aproximadamente 1 km desde Belianes, hallamos una intersección de caminos y tomamos el de la derecha, que se orienta hacia el oeste entre grandes campos de cultivo.
Llegaremos a otra intersección y tomaremos el camino de la Pleta, que nos conducirá directamente a la población de Arbeca.





km 16,5 Arbeca
Entramos a Arbeca por la calle de la Bassa y salimos siguiendo el camino de Lleida hasta encontrar el canal de Urgell. Cruzamos el canal y seguimos el camino de la Juliana. A los 500 m tomamos el camino de la derecha, que conduce directamente a Puiggròs.







km 20,3 Puiggròs
Tomamos la avenida de Juneda, cruzamos la carretera L-200 y seguimos recto por el camino de Les Barqueres, una pista ancha. El itinerario que nos llevará hasta Juneda no tiene pérdida, ya que siempre tenemos que seguir el camino principal, dejando, tanto a izquierda como a derecha, distintos caminos que conducen a explotaciones agrarias. Es una pista ancha que termina estando asfaltada en los últimos kilómetros hasta Juneda.
Entramos a Juneda, tras cruzar la cuarta acequia del canal de Urgell, por el portal de La Marca, uno de los antiguos portales de la villa.






km 25,5 Juneda




Que ver:
Maldà
Como en muchos otros pueblos de esta zona, las casas de Maldà se erigen en torno a su castillo, construido en el siglo xii y demolido en 1833 por los carlistas. Actualmente solo quedan algunos muros exteriores. En la parte baja del pueblo está la pequeña iglesia de Sant Pere, de estilo románico (s.XII), de una sola nave y ábside cuadrado. La iglesia de Santa Maria, del siglo XVIII, mezcla los estilos barroco y neoclásico y dispone de una nave central con dos pasillos. La silueta de su campanario destaca por encima del valle del río Corb. En esta zona, por la topografía del terreno y la localización de los núcleos habitados, desde lo alto de los campanarios se pueden ver los campanarios vecinos. En estos parajes, el peregrino tiene la sensación de hallarse en un pequeño país particular.
La baronía de Maldà ejercía funciones jurisdiccionales sobre poblaciones de los alrededores como Sant Martí de Maldà, El Vilet, Belianes o Vallbona de les Monges. Las baronías eran demarcaciones feudales propias de la Edad Media. Actualmente, un sendero marcado recorre los lugares más destacables de los territorios de la baronía, pasando por cinco molinos de harina de la época feudal que están en buen estado de conservación.

Belianes
Belianes es un bonito pueblo encaramado sobre una suave colina que
proporciona excelentes vistas de la llanura de Urgell. Del entramado arquitectónico del pueblo destacan varios edificios civiles renacentistas, como el Ayuntamiento. Data de los siglos XVI y XVII y posee una noble fachada de piedra con una portada de medio punto adovelada. En 1979, el edificio se declaró Bien Cultural de Interés Nacional, integrado en el conjunto artístico del pueblo. En sus salas alberga una biblioteca y una fonoteca con un importante fondo musical de todos los estilos. No es demasiado habitual hallar este tipo de equipamientos en pueblos tan pequeños. El edificio también cuenta con una sala de exposiciones y un museo dedicado a la vida rural, con una interesante colección de herramientas y utensilios del campo, así como una bonita colección de vestidos tradicionales. Otro edificio renacentista destacable es Cal Roc, casa solariega catalana que está reproducida en el Pueblo Español de Barcelona.
Por otro lado, la iglesia parroquial del pueblo, dedicada a Santiago, es de estilo gótico tardío y data del siglo xvi. Se erige sobre una antigua iglesia románica, cuya portalada aún se conserva. La iglesia mantiene una tabla gótica que formaba parte de un retablo dedicado a Santiago.
El molino Massot es otro espacio remarcable del pueblo, su maquinaria está bien conservada y destaca la prensa, con una viga de dimensiones notables.
Un paseo por el pueblo nos permitirá conocer distintos espacios públicos poblados de esculturas y monumentos. Daniel Gilabert, hijo de la población, fue el encargado de diseñar la plaza Onze de Setembre y de realizar el monumento a la brisa de mar, el viento propio de estas tierras.Detrás de la plaza del Ajuntament se halla la plaza-mirador de Barcelona, con vistas a los campos de Urgell.

Arbeca
Si por algo es conocida Arbeca es, ante todo, por su aceite. El toque específico de este viene determinado por la variedad de aceituna arbequina, introducida en el siglo xviii por el duque de Medinaceli, señor de Arbeca, que la trajo de Palestina. Esta variedad está considerada una de las mejores del mundo.
Arbeca es, sin duda, una población con encanto; no solo por la variedad de edificios bien conservados, sino también porque mantiene el trazado medieval de sus calles. Como en otros pueblos de esta parte del recorrido del Camino Catalán, las calles se disponen de forma concéntrica en torno al castillo situado en la cima de la colina. La calle Major de la población tiene tramos con soportales de gran belleza, lo que configura rincones de gran atractivo en el centro histórico.
Por su condición de residencia habitual de los duques de Medinaceli, el castillo de Arbeca acogió en varias ocasiones a personajes históricos tan destacados como el rey Juan I de Aragón, el Cazador; Felipe el Hermoso, yerno de los Reyes Católicos; y el rey Felipe II. En la actualidad solo quedan los vestigios del castillo, puesto que este fue destruido en el siglo XIX.
Bajando desde el castillo por las calles estrechas y sinuosas, llegaremos a la iglesia parroquial de Sant Jaume, templo neoclásico del siglo XVIII, de planta de cruz latina, con una noble escalinata. La iglesia actual ocupa el lugar de un templo anterior, la iglesia de Santa Llúcia, construida en el siglo xiv y derribada durante la Guerra de los
Segadores. Si seguimos la calle Major, llegaremos a la plaza de la Generalitat, donde se halla el curioso edificio modernista del Ayuntamiento.
Si disponemos de tiempo, en el extremo noroeste del municipio, y un poco alejado del camino, se halla el yacimiento ibérico de Els Vilars. Se trata de una fortaleza con una muralla de doce torres, una barrera de piedras clavadas y un foso de 13 metros. Por sus características, el yacimiento de Els Vilars es único en Cataluña.En 1998 fue declarado Bien Cultural de Interés Nacional. A la salida de Arbeca, el Consejo Comarcal de las Garrigues ofrece la posibilidad de seguir el trazado del Parque de la Banqueta, camino señalizado por esta misma institución que transcurre por el canal de Urgell.

Puiggròs
Puiggròs es un bonito pueblo encaramado sobre una colina que se eleva visiblemente sobre la llanura, dibujando una silueta inconfundible.Corona el pueblo el palacio-castillo de Puiggròs, que data del siglo XV y todavía conserva algunos muros con ventanales góticos y portales adovelados. El castillo de Puiggròs también es un espléndido mirador de la llanura y la comarca del Urgell.
Merece la pena acercarse a la iglesia parroquial de Santa Maria Refeta, del siglo XVII, que presenta una fachada hermosa y austera y destaca por su campanario de torre cuadrada.
Imprescindible ver el mural de Lily Brik, que se encuentra al lado del bar casal Puiggròs.

Juneda
Nos encontramos en una población grande y dinámica, con una morfología urbana medieval muy bien conservada. El núcleo antiguo fue una villa amurallada de calles estrechas y tortuosas, a partir de la cual fueron creciendo los distintos arrabales extramuros. El portal gótico de La Marca es el único recuerdo que permanece de los antiguos portales de entrada a la villa de intramuros. La calle Major, fuera de la villa amurallada, destaca por su imponente recorrido de soportales, otro ejemplo de calle porticada catalana.
En la parte más elevada de la población, ya en el arrabal de Pinell, y muy cerca de la colina de El Calvari, hallamos el Pou de Gel (‘pozo de hielo’), una curiosa construcción muy bien conservada que tenía capacidad para almacenar hasta 300 m3 de hielo. Si nos acercamos, podremos aprovechar para subir hasta la plaza de Les Tres Creus, que permite vislumbrar una bonita panorámica de la llanura de Urgell.
Bajando de la parte alta del pueblo, llegaremos a la plaza de la Església. Destaca el campanario de la iglesia, de ocho caras, si bien no son todas iguales entre sí. En la misma plaza hallaremos algunos de los edificios más notables del pueblo, como Casa Fragós y Casa Freixes, ambas del siglo XVIII. No obstante, lo cierto es que hay casas señoriales repartidas por todo el núcleo antiguo, todas ellas de distintas épocas.
Juneda y Arbeca ven pasar el canal de Urgell a ras del perímetro urbano. Se trata de un elemento que configura claramente la identidad de estas poblaciones y crea un bonito espacio por donde pasear y resguardarse del sol omnipresente de los largos días de verano.

El dato:

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