Etapa 7: Juneda - Lleida

Cami de Sant Jaume. Etapa 7: Juneda - Lleida, 24,1 Km.

Etapa realizada el 24 de septiembre de 2022. Dejamos el coche en Lleida en la calle riu Ter, desde aquí vamos a la estación. Tomamos el tren de las 7:04 llevamos termo con café que tomamos en la misma estación de Juneda.

Perfil de la Etapa:

Etapa muy plana y en descenso hasta llegar a Lleida


Deberíamos de estar el Lleida a las 13:30 - 14:00, reserva para comer en el restaurante Llobregat, 973201897, a las 14:15, hemos llegado a las 13:40

Recorrido:



km 0: Juneda

Salimos de Juneda por la calle de Puigverd y cruzamos por un paso inferior la N-240. En poco más de 1 km cruzamos la línea de tren Lleida-Barcelona y seguimos por una pista al otro lado de las vías. Pasaremos por el molino de Massot, hoy en ruinas. A unos 300 m, el trazado del AVE nos obliga a tomar la pista que sube y cruza las vías. Entramos a Puigverd de Lleida por la calle de Juneda.








km 7,3: Puigverd de Lleida

Para salir de Puigverd, seguimos la calle de Alfés y continuamos por el camino del Saladar. El camino, que no tiene pérdida, conduce a Artesa.







km 10,7: Artesa de Lleida

Hrmos  desayunado enn el Bar Nicole. Salimos de Artesa por la calle Nou y seguimos por la calle de Les Hortes. El camino es bueno y nos llevará por un paisaje de regadío hasta la confluencia con otro camino que permite pasar por debajo del trazado del AVE. El camino, siempre en muy buen estado, mantiene a la derecha las vías del ferrocarril y cruza unos primeros núcleos de edificaciones diseminadas. El trazado del AVE nos obliga a dar un rodeo a mano izquierda, tomando una carretera asfaltada, superando de nuevo las vías del tren y pasando la nueva variante de la N-240 por un paso soterrado. Esta carretera nos conduce directamente hasta el barrio de La Bordeta siguiendo la calle Hostal de la Bordeta.

Cruzamos La Bordeta por la avenida de Les Garrigues, que nos conducirá directamente hasta el puente viejo que cruza el Segre y se adentra en el núcleo histórico de la capital del Segrià. Nosotros paramos para comer y la visita al centro por la tarde. La comida en el restaurante Llobregat ha sido excepcional.






km 19,3: Lleida








Qué ver:

Puigverd de Lleida

El pueblecito de Puigverd sigue la tónica de villas amuralladas propia de los lugares que fueron territorio de frontera entre al-Andalus y los condados de la Cataluña Vieja. Puigverd también presenta la típica morfología irregular de las poblaciones medievales que se estructuraron en torno a su iglesia; en este caso, la de Sant Pere, que data del siglo XVIII y se halla en la plaza Major. No obstante, la historia de la población empieza en 1201, durante la Reconquista, cuando Guillem de Cervera entregó a los hombres de la Torre de Sentmenat unas casas situadas en Puigverd, ya que las tierras pertenecían a sus dominios. Previamente, estas tierras habían estado dominadas por una torre sarracena que fue entregada a Pere de Puigverd por la conquista cristiana del territorio. A ello se debe que el topónimo del municipio procedade este personaje. Los Puigverd fueron una familia noble procedente de Puigverd de Sió.

La reconversión al regadío fue el elemento que más dinamizó Puigverd de Lleida, habida cuenta de la regresión que sufrió el municipio hasta mediados del siglo XIX. Posteriormente, la construcción de la estación de ferrocarril contribuyó a hacer de Puigverd un importante centro logístico de mercancías de las comarcas del Segrià y de las Garrigues. Recientemente, se ha construido en Puigverd una nueva estación base de mantenimiento del tren de alta velocidad, infraestructura que ya está contribuyendo a dinamizar de nuevo económicamente esta parte de Cataluña.


Artesa de Lleida

Artesa de Lleida es un pueblo que rompe con las morfologías urbanas habituales que hemos recorrido hasta ahora. Los peregrinos ya no pasean por las calles interiores de una villa amurallada, puesto que quedan pocos vestigios del pasado medieval de la población. Solo la calle del Portal, que nos conducirá hasta La Vileta, ofrece una muestra de la antigua pequeña villa amurallada de esta población. El pueblo ha crecido bastante en los últimos tiempos y ha quedado dividido en dos partes, la moderna y la antigua, a lado y lado de la carretera de Puigverd a Lleida.

La iglesia parroquial del pueblo está dedicada a San Miguel y data del siglo XVIII. Construida en estilo neoclásico, dispone de un campanario de torre y una escalinata hasta la notable portalada rectangular.

Curiosamente, Artesa de Lleida tiene campos de frutales en pleno centro del pueblo. Se trata de un pequeño reducto que probablemente se vio rodeado a consecuencia de los nuevos crecimientos urbanos al otro lado de la carretera.

En los sótanos del Ayuntamiento se halla el Museo Arqueológico de la población, donde están expuestos los restos y las piezas arqueológicas encontrados en el término municipal de Artesa.

 

Lleida

Todas las crónicas afirman que los ilergetes fueron los primeros pobladores que se establecieron en estos terrenos del valle del Segre. Sus líderes, Indíbil y Mandonio, lucharon con fuerza contra sus enemigos, pero no pudieron evitar la conquista romana. Cerca de cuatro años tuvieron que luchar los romanos para someter a las tribus indígenas. Romanizada y convertida en municipio por la situación estratégica que ocupaba como paso entre los Pirineos y la depresión del Ebro, la ciudad visigoda en que se convirtió Lleida fue ocupada por los sarracenos y pasó a ser plaza importante de la frontera norte de al-Andalus. Reconquistada en 1149, hasta el siglo XV vivió un gran crecimiento urbano, pero desde entonces y hasta el siglo XIX sufrió un retroceso demográfico casi continuo, causado por las epidemias, las guerras y la emigración a Barcelona. Fue a partir del siglo XX cuando Lleida empezó a crecer nuevamente hasta convertirse en la espléndida ciudad que es hoy.

El peregrino tiene que cruzar el río Segre para acceder a la ciudad.

Independientemente del punto por donde se haya cruzado el río, no existe mejor acceso al núcleo antiguo que el Arc del Pont (arco del puente). Es la única puerta que queda del antiguo recinto amurallado, destruido en 1868 para ampliar la ciudad. Delante del arco, destaca el grupo escultórico en bronce de los caudillos ilergetes Indíbil y Mandonio, uno de los cuales sostiene una cadena rota, símbolo de la libertad. Nada más pasar el Arc del Pont, queda a mano

derecha la plaza de Sant Joan y a mano izquierda la calle Major, vía peatonal que acoge gran parte del comercio local. La plaza de Sant Joan es el punto de encuentro de muchos leridanos, un amplio espacio desde donde se puede subir, por unas escaleras mecánicas, a la colina de la Seu Vella. Sin duda, la Seu Vella es la joya arquitectónica de Lleida, y se ha convertido en símbolo indiscutible de la ciudad. La construcción se inició en 1203 en el lugar donde se erigió, en primer lugar, una primitiva catedral paleocristiana y visigoda y, posteriormente, la catedral de Santa Maria l’Antiga, la primera construida tras la conquista cristiana de 1149. Las obras duraron 75 años. Se considera una obra de transición del románico al gótico; probablemente constituya la pieza final de la rica tradición románica de Cataluña.

El templo es de planta basilical de cruz latina, con tres naves y, originalmente, con cinco ábsides de estilo románico. El exterior muestra numerosas puertas, de las que destacan la de Sant Berenguer (s. XIII); la de Els Apòstols (s. XIV), que constituye la entrada principal al claustro catedralicio; la de L’Anunciata (principios del s. XIII), conocida como la “Puerta de las Novias”, y la puerta de Els Fillols (‘los ahijados’), de exuberante decoración escultórica, que debe su nombre a que servía de acceso a los niños que iban a ser bautizados.

El claustro ocupa la cara principal del templo y fue ideado como un gran mirador sobre las tierras de Lleida. Todas las arcadas son diferentes y su trabajo excepcional es una muestra inmejorable de la belleza de la tracería gótica. Sin duda, es lo que más sorprende al visitante que se aproxima por primera vez a este monumento. En uno de los ángulos del claustro se eleva el campanario, de 70 metros de altura. Se trata del único campanario gótico octogonal terminado que hay en el antiguo territorio de la Corona de Aragón y es, asimismo, el más alto de Cataluña.

En el interior de la Seu Vella de Lleida se puede contemplar un singular conjunto de capiteles que coronan las columnas del absidiolo norte, adyacente al presbiterio, donde se muestran escenas de Cristo y del apóstol Santiago. Estas escenas representan el martirio del santo, el traslado de su cuerpo y su sepulcro.

De vuelta a la plaza de la Paeria y a la calle Major, merece la pena mencionar en primer lugar el Palau de la Paeria, sede del Ayuntamiento de Lleida. Este edificio del siglo XIII, con fachada y patio interior de estilo románico, es una de las construcciones más significativas del románico civil catalán y reúne varios estilos arquitectónicos, fruto de intervenciones posteriores. Así, la fachada principal, que da a la calle Major, es neoclásica. Esta fachada daba a la calle más importante de Lleida, mientras que por detrás serpenteaba un muro paralelo al Segre que hacía las veces de barrera para proteger la ciudad de las crecidas del río.

En la plaza de la Catedral, lugar donde la calle Major cambia su nombre por el de calle de Sant Antoni, se halla la imponente fachada de la Catedral Nova, también conocida como Seu Nova. Se considera el primer edificio de estilo neoclásico de Cataluña. Carlos III encargó su construcción para sustituir la antigua catedral, convertida en cuartel militar. La obra, basada en la más absoluta simetría, presenta en su fachada tres portales que se erigen, altivos, ante el edificio del antiguo hospital de Santa Maria, actual sede del Instituto de Estudios Leridanos.

El dato:



Resto de entradas:


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